Formacion, empleo: Economía: Comienza un tiempo nuevo |
| Una serie de felices circunstancias se van a conjurar este nuevo año con la tecnología para activar la economía y recuperar el maltrecho mercado de trabajo, probablemente puede ser la oportunidad del siglo y el preludio de una nueva era de bonanza.
Estas circunstancias son la caída del precio del petróleo, la extensión de las energías renovables, la producción de combustibles alternativos y el efecto de las medidas económicas.
La caída del precio del petróleo.
El mundo ha pasado varias crisis económicas en los momentos que los países productores de petróleo se pusieron de acuerdo para decidir restringir la producción y multiplicaron el precio del barril.
Los países desarrollados no productores, debieron desviar entonces grandes cantidades de recursos al pago de la factura energética reduciendo el volumen de compra de otras materias primas o de bienes de equipo necesarios para mantener activas sus industrias y en definitiva se vieron súbitamente empobrecidos mientras que unos pocos países exportadores vieron llegar riadas de dólares.
Hoy la situación ha cambiado radicalmente, la reciente crisis económica, de origen financiero ha reducido el consumo, la actividad industrial y por tanto la importación de petróleo, provocando excedentes en el mercado mundial y con ello la caída del precio del crudo en lo que va de año en más del 40%.
Nuevas técnicas de extracción de petróleo y gas, como el fraking o la extracción en fondos marinos profundos han pasado a ser rentables y se han extendido fundamentalmente por Norteamérica y en un futuro próximo en Europa y Sudamérica.
Estas nuevas tecnologías han cambiado profundamente el mapa de producción energética (Estados Unidos ha aumentado su producción cerca del 70% en los últimos seis años) y los equilibrios de oferta y demanda en el mercado energético, incrementando sensiblemente la producción y reduciendo el precio pero con la ventaja de que esta nueva distribución geoestratégica ha creado más países autosuficientes y se mantendrá en el tiempo, lo que nos permite esperar muchos años de mayor estabilidad en precios moderados.
Las Nuevas Tecnologías Renovables.
La escasez energética, el calentamiento global y el precio del petróleo han dado otro giro a la situación.
Las extracción de energías limpias resultaba cara en su implantación inicial pero en los últimos diez años el globo terrestre se ha cubierto de molinos de viento terrestres o marinos, huertas solares fotovoltaicas, centrales solares térmicas, centrales de biomasa e incluso de instalaciones geotérmicas.
Este es un tipo de energía limpia no exenta de problemas, la energía eólica es muy irregular y plantea problemas de distribución (solo hay energía donde y cuando sopla el viento), la energía fotovoltaica tiene una bajísima eficiencia (las células solares actuales dan un rendimiento del 10 al 20%), no funcionan en la noche y son poco adecuadas en países de pocas horas de luz solar. Las plantas eléctricas de saltos de agua precisan de zonas fluviales de características muy escasas .
Otros inventos de recuperación de energía del mar o geotérmica son prácticamente prototipos y solo utilizables en puntos muy restringidos.
A pesar de todo, en los últimos quince años un buen porcentaje de la producción de energía de los países desarrollados es ya de origen renovable, innumerables instalaciones de todo tipo han proliferado reduciendo la dependencia energética en más de un 20%. En el año 2013 la producción de renovables evitó importaciones de combustibles fósiles por valor de 7.309 millones de euros en España.
La industria de energías renovables se ha desarrollado, reduciendo los precios y mejorando la eficiencia de los dispositivos.
Precisamente el año que entra se anuncian varios saltos tecnológicos en este campo que redundarán en nuevos avances en la carrera energética.
Una nueva generación de células fotovoltaicas mucho más efectivas (con rendimiento de hasta el 40%) y más baratas van a facilitar la captura de energía solar para autoabastecimiento industrial y doméstico.
Los focos Led de bajo consumo están reduciendo sus precios haciendo cada vez más rentable su instalación en nuestras casas y reduciendo el consumo eléctrico sensiblemente.
Un nuevo tipo de tecnología de baterías que se espera en este año, va a revolucionar los mercados de informática móvil, del automóvil eléctrico y sobre todo de las instalaciones domesticas de autoabastecimiento de energía solar al multiplicar su capacidad de almacenamiento por 20 y garantizar una duración hasta 20 años reduciendo drásticamente su precio, su peso y el tiempo de carga que pasa a ser de algunos minutos.
Estas baterías, combinadas con células fotovoltaicas de alto rendimiento, instalación de leds y aparatos electrodomésticos de bajo consumo permitirán que un sin número de hogares y empresas en los países desarrollados puedan autoabastecerse reduciendo su factura eléctrica pero sobre todo reduciendo radicalmente la demanda de petróleo y asegurando un precio bajo de este por muchos años. En España la legislación penaliza el autoabastecimiento en una clara resistencia al avance que permiten las Nuevas Tecnologías.
Todos esos billones de euros que se ahorrarán de la factura energética entrarán directamente en la economía productiva de los países antes sometidos a la dictadura del barril, originando un incremento de la actividad económica mundial que debe mantenerse estable por muchos años salvo alguna imprevista catástrofe de nivel global.
Las consecuencias de la bajada del precio del petróleo.
La fuerte reducción del precio de la energía, mantenida en el tiempo, supone un gran recorte de la factura energética en países no productores de petróleo o gas y conlleva una suavización de la deuda (generalmente muy alta por el efecto de la crisis financiera) y con ella una reducción de la prima de riesgo y de los intereses que cada país debe pagar por la refinanciación de su deuda (España que importa algo más de un millón de barriles diarios pagará por este concepto 10.000 millones de euros menos al año).
En Diciembre de 2014 la prima de riesgo retrocedió hasta el nivel de los 111 puntos y se espera que baje de los 100, en el primer trimestre del año que entra (recordemos que llegó hasta los 640 puntos básicos a finales de julio de 2012).
Esto supone la liberación de una gran masa de divisas que se puede invertir en la reactivación económica, en la reparación del tejido empresarial destruido por la citada crisis y en la recuperación de los puestos de trabajo destruidos, esto debe ocurrir en los próximos años, comenzando por el que estrenamos estos días.
Y lo más interesante de todo es que esta situación debe mantenerse en el tiempo porque un eventual aumento del precio del petróleo incrementaría las inversiones en Fraking o en renovables aumentando la producción propia de energía y empujando de nuevo los precios a la baja, esto permite presagiar un largo periodo de precios bajos o moderados y con ello una definitiva recuperación de las economías mundiales.
La producción de combustibles alternativos.
Tímidamente y con altibajos, comienza a tener algún peso en la reducción de la demanda de petróleo la producción de biocombustibles (biodiesel y bioetanol) procedentes de semillas oleaginosas como el girasol o la colza en Europa, la soja en Estados Unidos, el coco en Filipinas y los aceites de palma en Malasia e Indonesia, junto con las normas legales que obligan a mezclar estos con las gasolinas procedentes del petróleo en una proporción del 10%.
Otro factor que apoya más aún esta reducción es el cambio de las tecnologías del automóvil hacia vehículos híbridos que combinan un motor de gasolina con otro eléctrico y que consiguen reducir los consumos hasta menos de los 3 litros por cada 100 kilómetros (en los años 90 pasaban de los 10 litros por cada 100 kilómetros) y esta tendencia va a ir aumentando hasta que llegue a implantarse el automóvil totalmente eléctrico, lo cual ocurrirá cuando se generalice la implantación de las nuevas baterías de alto rendimiento que permitirán incrementar su autonomía por encima de los 500 km.
La mejora tecnológica del automóvil lleva consigo otras mejoras indirectas, la rebaja de emisiones nocivas por la reducción del consumo de gasolinas disminuye la contaminación ambiental, el efecto invernadero y además reduce el deterioro de la salud de los habitantes del planeta con un enorme (y poco conocido) ahorro de recursos dedicados a la curación de enfermedades del sistema respiratorio.
El efecto de las medidas económicas.
Las tímidas medidas económicas tomadas por el gobierno, tales como la reducción del IRPF, el mantenimiento de la tarifa plana reducida de los costes de contratación indefinida o de las tarifas de autónomos son de un peso extremadamente menor que el efecto de la reducción del precio del petróleo pero pueden servir de cebo de ignición para el disparo del consumo privado esencial en la recuperación económica y por tanto para la reactivación de las maltrechas empresas y del mercado de trabajo.
Las medidas económicas de las instituciones europeas.
Nuevos factores de reactivación llegan lentamente de Europa, como el optimista plan Junker (actual versión del milagro de la multiplicación de los panes y los peces) que pretende movilizar 315.000 millones de euros (invirtiendo solo 21.000 millones) en una especie de plan Marshall para Europa de los que casi 53.000 millones podrían venir a España.
Este plan para proyectos de desarrollo, en buena parte se inclinará por proyectos energéticos destinados a aliviar la peligrosa dependencia de países como Alemania u Holanda del petróleo ruso, que amenaza con cortes de suministro por el conflicto de Ucrania (y los potenciales problemas que pueden venir de la zona del Este de Europa).
Parece que una buena parte de estos recursos pueden aterrizar en la península Ibérica por su posición estratégica para el suministro a los países del norte de Europa del gas procedente de Argelia y Norte de África, tales recursos permitirán el desarrollo de infraestructuras de distribución de energía, eléctrica y gas y supondrá un impulso adicional a la recuperación.
La reducción del precio del Euro, de mantenerse en el tiempo, es otro elemento que ayudara a la exportación de bienes y con ello a la reconstrucción del edificio industrial y al incremento de la contratación.
Las esperadas noticias del Banco Central Europeo para la compra de deuda de los países periféricos dará el golpe de gracia a la prima de riesgo y a los intereses de la deuda contribuyendo de manera definitiva a la reducción de gastos y a la reactivación europea y con ello debe animar la producción y el empleo.
El aumento del crédito de los bancos, todavía débil pero perceptible, supone un alivio en el estrangulamiento financiero de las empresas y debe facilitar la reactivación y la reanimación del mercado de trabajo.
La situación de las grandes economías.
La economía de Estados Unidos da muestras de una clara activación con incrementos del PIB del 2,4% y una reducción del nivel del paro hasta el 5,8 % , se espera un crecimiento de más del 3% en 2015 y teniendo en cuenta que estima que en los próximos 20 años duplicará su producción actual de crudo parece que, salvo sorpresas, se puede prever un largo periodo de precios estables del petróleo.
La mejora económica de Estados Unidos y el crecimiento de los países emergentes hacen esperar que tiren de la economía europea al alza.
Amenazas en el horizonte.
Pero no todos los datos conducen a conclusiones optimistas, un cambio tan radical del mapa geopolítico puede traer consigo desequilibrios, terremotos económicos y sociales, países que han sido ricos hasta ahora van a pasar a ser pobres y esto puede dar lugar a consecuencias que no son fácilmente previsibles más en un momento de fragilidad como el actual.
Estamos frente a una revolución energética muy profunda que abrirá nuevos conflictos geopolíticos y cambiará los equilibrios del mercado energético y de la política mundial.
Algunas de estas consecuencias negativas ya las estamos viendo en Rusia, Venezuela o Colombia heridos por la caída del precio del petróleo, en los que la inflación y el peligro de bancarrota amenazan, no solo a sus economías, sino también a las de los países que se apoyan en ellas.
Otra amenaza es que el descenso de precios pueda crear tensiones deflacionistas en la zona Euro con riesgo de paralizar más seriamente la economía europea.
Otro elemento negativo es el alto nivel de la deuda originado por la necesidad de financiar los desequilibrios de la crisis, un factor de fragilidad muy desestabilizante, cualquier cambio que suponga un incremento de los intereses de financiación de esta deuda supone un decremento inmediato en las inversiones productivas.
Y un cambio que amenaza a dicha fragilidad es el aumento de las tensiones de desintegración territorial en Europa efecto de la onda expansiva de la división de la antigua Yugoeslavia.
Otro elemento de tensión es el crecimiento de movimientos político-sociales que parecen capaces de acceder al poder político en varios estados europeos y dispuestos a poner en cuestión las políticas de austeridad. La simple presencia de estos partidos en la escena política produce sobresaltos de la prima de riesgo que encarecen la financiación de la economía.
Nuevas perspectivas, nuevo paisaje.
El paisaje que hemos descrito puede suponer un vuelco del panorama económico durante los próximos años, en los que la aportación de recursos a la economía real, la optimización y la depuración de empresas originadas por la crisis, deben dar paso a un aumento de actividad que puede alcanzar, sino rebasar los niveles del comienzo de la citada crisis al final del año 2007 siempre y cuando las amenazas no solidifiquen.
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